No sé bien dónde es que un autobús lleva esta publicidad. La encontró Antonio Mas en Menéame y la publicó en su blog Trabajar sin conexión. Como bien dice: marcas y creativos pierden los límites. Usted definirá si el límite es el buen gusto, el respeto por los demás o si, como ocurre en este caso, se supera el límite de la estupidéz humana.
Digo, no hace falta ser un iluminado para suponer que si alguien se topa con esta parte trasera lo primero que hará será clavar su pie en el freno. Y lo que vengan atrás verán qué hacer, ¿no?. En fin.
sinceramente copado… eso si, creo que la iconización se salió del limite…
sinceramente no lo entiendo, que tiene de malo esta publicidad (o de bueno), el colectivo parece estar parado no creo que pueda hacer daño a nadie, no parece tener velocidad…en fin saludos
Hola Martín. El problema es que, en algún momento, el ómnibus comienza a andar. Si estuviste manejando alguna vez, sabés que alcanza con pestañar para que de pronto de topes con esta imágen. Si te asustás, podés clavar los frenos o, peor aún, volantear y terminar en la mano contraria.
Además, está regulado: por ejemplo, en la parte trasera los omnibus no pueden tener luces blancas. Es decir que uno “debe saber con certeza” hacia dónde circula un coche.
Saludos.
mmm mariano muy tirado de los pelos…pero bue.
Muy bueno el blog, te felicito!
Saludos