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Revista La Cosa: Cine Fantástico

Nunca fui comprador compulsivo de revistas. Aunque sí, reconozco, compré la Rolling Stone Argentina desde el número 3 hasta el número 84 (o por ahí), cuando empecé a verme cada vez más molesto con los especiales tipo «RS Styles» o «Sports & Fashion» o esas tapas dobles que de un lado te ponían a Spinetta y del otro lado te tenías que tragar a Shakira. Y, guarda, todo bien con Shakira. Pero que Rolling Stone me quiera hacer creer que (por una nota adornada, paga, descomprometida, seudocultural y contemporánea) Shakira tiene algo interesante que decirme (por más foto de Nora Lozano que le hagan) me pareció demasiado. Bueno, pero no iba a hablar de RS que, cuando estoy aburrido, vuelvo a comprar.

Hace unos días estaba esperando el colectivo. Aburrido como siempre, habiéndome olvidado los auriculares, con sueño y hambre, me paré (como siempre) frente a la megaoferta de colores y títulos que son ahora los puestos de revistas. Para tejer, para bordar, para leer revistas de tejer, para modelar, estudiar historia, jardinería, pintura, alfarería, dietas, economía, porno, espectáculos, chimentos, actualidad, sociología. Y podría seguir, pero ya se hicieron la idea.

El tema es que me llamó la atención una revista que en la tapa traía a Fox Molder y Dana Scully, de la segunda parte de Los X-Files, la película. Me acerqué para ver que la revista era «La Cosa, cine fantástico». Y para variar, me vi obligado a tomar la drástica decisión de comprármela para no perder el colectivo ni tener que sufrir luego por no haberla comprado.

Tentador puesto de diarios y revistas. Cerrado.

Tentador puesto de diarios y revistas. Cerrado.

A las dos cuadras conseguí un asiento y abrí la revista donde ella quiso. En la página derecha decía «¿La vida sexual de los superhéroes es súper?». Miré más abajo y leí «Los 5 peores inventos de la Ciencia Ficción». Levanté la vista con la sensación de haber comprado una revista de mierda. Pero como por suerte soy partidario de la relectura, a las 10 cuadras volví a abrirla, en la misma página. Ahora, por el contrario, el título sobre el sexo de los superhéroes me había tentado a leer. jamás sabré qué ocurrió en el medio. Algo de afuera, algún olor, alguna minifalda colegial, algún roce con el viejo que ya se me había colocado al lado. No lo sé. Pero lo concreto es que me puse a leer.

Me dio un poco de vergüenza cuando, al toque, me di cuenta que no podía evitar que la risa se me reflejara en el rostro. A veces uno se pone pacato y cree vergonzoso reir delante de otros. Bah, cosas de las ciudades y los colectivos. Y seguí leyendo y me seguí riendo. Y cuando leí «A la mujer invisible, ¿le da vergüenza hacerlo con la luz prendida?», entonces la risa (contenida) se me escapó por la nariz.

Algunas tapas de La Cosa, de estos últimos años.

Algunas tapas de La Cosa, de estos últimos años.

La revista me alegró con creces el viaje de vuelta a casa. Sólo por eso, valió la pena pagar unos saladitos $10 (si tenemos en cuenta que el día anterior me compré una edición del Círculo de Lectores de «El juguete rabioso», de Roberto Arlt por $20).

Ahora bien, alguno pensará que un poco de humor freak e inteligente (sí, ambas cosas) no garantiza una buena revista. Y, la verdad, tiene razón. Pero no me importa. No hay nada en la tapa de la revista que me indique que nadie pagó por ello: películas estrenos, protagonistas cuyas películas son estrenos, informes sobre películas que son estrenos y contratapa de una película estreno. No caben dudas. Sin embargo, y tal vez sea una particularidad algo kamikaze, me bastó con meter la cabeza en los primeros párrafos de algunas notas para sentir que ahí, por detrás de la Oficina Comercial, había gente que ve y dice las cosas como a mí me gusta. Y eso no se puede negociar, ni explicar demasiado: es así, me gustó.

Mucha miscelánea, informes atemporales, temáticos, guiños cinéfilos constantes, entretenida para el baño y, sobre todo, la sensación de estar leyendo a un ser humano. No pido mucho más y son pocas las revistas que me lo ofrecen. Una es ésta. Así que celebro la compra y comparto la experiencia.

La versión on line es un poco enreverada para navegar, pero después de algunos clics erráticos más o menos se puede llegar a secciones interesantes (no los wallpapers que tienen el risorio tamaño de 800×600). La sección LINKS no es una revelación, pero puede evitarte el googléo innecesario y molesto (un vínculo a la revista de cine El Amante, dice textualmente «La peor revista de cine de la Argentina, pretenciosa y mediocre, creada por un ex juez de línea. Para odiarla hasta que se agarren un tumor. Garompa. En español»). También tiene una sección trailers de películas de culto (aunque muy lado b) pero en el anticuado formato Real Media, y algunas otras cosas que pueden interesar a alguno. De todas maneras, la página principal anuncia que la página estará cerrado un tiempo pero «venimos con uno nuevo mal pulenta».

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